Las economías mundial y española siguen enfrentándose a una crisis sin precedentes en la historia reciente. En Equipo Económico estimamos que el PIB habrá experimentado en 2020 un retroceso cercano al 12%, y que asistiremos a una recuperación parcial de la economía en los dos próximos años con tasas de crecimiento interanual del 6,8% y del 2,6% respectivamente. No obstante, la recuperación que planteamos en nuestras previsiones para el año próximo tiene un cierto carácter artificial, en tanto en cuanto depende directamente de la continuación de los efectos en el corto plazo de las políticas económicas expansivas. Habrá que esperar a que desaparezca el “velo” creado por las políticas económicas y medidas adoptadas para hacer frente a la crisis para determinar con certeza el profundo cambio estructural que se está produciendo.
En un año marcado por la aparición del COVID19 y el descenso de los desplazamientos internacionales, hacemos una reflexión sobre los últimos pronunciamientos de la Dirección General de Tributos y los criterios de interpretación administrativa en materia de residencia fiscal de las personas físicas.
Los intereses de un gran número de contribuyentes (personas físicas y jurídicas) se encontraban a la espera de que el Tribunal Supremo pusiera negro sobre blanco la siguiente cuestión: si era conforme a derecho o no que el procedimiento sancionador se iniciara con anterioridad a la notificación del acuerdo de liquidación del que derivaba.
El análisis del Plan Presupuestario 2021 remitido por el Gobierno a Bruselas nos lleva a afirmar que los ingresos difícilmente alcanzarán el incremento esperado el año próximo. Además, al no insistir en la necesaria búsqueda de la eficiencia del gasto público, ni el carácter temporal de su incremento asociado a los efectos de la pandemia, todo apunta a que los déficits públicos para 2020 y 2021 serán mayores que las previsiones oficiales, pese a su muy elevada magnitud. Sin embargo, es a través de la consecución de unos fundamentos macroeconómicos y presupuestarios sólidos, de la apertura al exterior y de acometer las reformas estructurales que refuercen la capacidad de emprender, cuando la economía española superará la crisis actual, como lo ha hecho en ocasiones anteriores.
The world economy continues to tackle the severe crisis caused by Covid-19. The pandemic has plummeted the Spanish economy harder than the rest of its European partners. The recovery of activity in the weeks following the end of the confinement has not shown the expected drive during the summer. Against this backdrop, Equipo Económico (Ee) has revised its GDP forecast for this year two points downwards, when the drop in GDP will reach -12.0%. The degree of success and effectiveness of economic policy will very much determine the strength of the recovery.