Plan presupuestario 2021 y claves para la recuperación.

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El Gobierno remitió el pasado jueves a Bruselas el Plan Presupuestario 2021. La visión que ofrece necesitará aún ser completada con las cifras más concretas del proyecto de Ley sobre los Presupuestos Generales del Estado de 2021, cuya presentación está pendiente desde finales de septiembre. En todo caso, se trata de una interesante fotografía sobre el diseño de la política fiscal a corto plazo, que ofrece algunas claves muy relevantes.

Según las estimaciones contenidas en el cuadro macroeconómico, la caída del PIB para el presente ejercicio se situará en el 11,2%. Se trata del deterioro económico más importante que ha experimentado la economía española en la historia reciente; la mayor caída del PIB durante la ya muy dura crisis anterior fue en 2009, y alcanzó el 3,8%. Además, las tasas de variación de la producción agregada española caen a un ritmo muy superior en España que en el resto de Europa.

Para 2021 el Gobierno prevé una recuperación del crecimiento del PIB, que podría alcanzar hasta el 9,8%, gracias a los efectos esperados del Plan de Recuperación, Resiliencia y Transformación. Este importante plan europeo, bien implementado a nivel nacional y si se realiza en estrecha colaboración con el sector privado, puede contribuir muy positivamente al progreso de importantes sectores.

En todo caso, las previsiones resultan optimistas si se tiene en cuenta que la contracción de la actividad que estiman la mayoría de los organismos e instituciones son muchos más acusadas y superan el 12% en 2020. Ver Tabla 1. De hecho, las últimas previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) publicadas el presente mes de octubre estiman una caída interanual del PIB para España del 12,8% en 2020 y una recuperación del 7,2% en 2021.

 

TABLA 1. COMPARACIÓN DE LAS ESTIMACIONES DE PIB PARA LA ECONOMÍA ESPAÑOLA EN 2020-2021.


Fuente: Equipo Económico, Funcas, FMI, Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. (1) Con efectos esperados del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

 

El Plan Presupuestario presenta un escenario fiscal en el que el déficit público alcanzaría en 2020 el 11,3% del PIB, lo que supone más de 123.100 millones de euros. La elevada magnitud de esta cifra hace que se sitúe al nivel de toda la recaudación acumulada por el Estado entre enero y agosto de este año por todas las figuras tributarias (IRPF, Impuesto Sociedades, IVA, Impuestos Especiales), que ascendió a 123.700 millones de euros. Para 2021 el déficit público alcanzaría según sus previsiones en el 7,7% del PIB.

En referencia a los ingresos tributarios, el Plan considera un incremento de 33.347 millones de euros si se aprueban los PGE para el próximo ejercicio 2021, de forma que se situarían en el 40,3% del PIB en 2021 (ver tabla 2). El aumento obedece fundamentalmente a la mejora esperada de la situación económica (que explicaría más del 70% del crecimiento de la recaudación) y, en menor medida, en torno a 6.840 millones de euros, al aumento de los ingresos que el Ejecutivo espera recaudar a través de las nuevas medidas tributarias.

Destacan entre ellas: las tasas Google y Tobin; la relativas a la fiscalidad medioambiental, fundamentalmente incremento de imposición al diésel y el nuevo impuesto al plástico; la subida del IVA a bebidas azucaradas y edulcoradas desde el tipo reducido al normal; e incluye asimismo más de 2.000 millones de euros de ingresos por medidas en el ámbito de la imposición directa e indirecta, que no especifica a la espera del acuerdo que han de llegar los miembros de la coalición de Gobierno de cara a la presentación de los PGE.

Por tanto, en este contexto donde los ingresos quedarían por debajo de lo estimado, no puede descartarse que el año que viene se acabase optando por incrementos impositivos en las figuras tributarias con mayor capacidad de recaudación como son el IRPF, el IVA y el Impuesto sobre Sociedades.

Por lo que respecta a los gastos, el Plan recoge que el próximo año alcanzarían el 48% del PIB frente al 53% del presente ejercicio, aunque el mismo no incluye ningún tipo de medida de contención de estos, ni pone énfasis en la necesidad de que su incremento tenga un carácter temporal asociado a los efectos de la pandemia. La reducción de la ratio provendría de la finalización en 2020 de muchas de las medidas adoptadas para combatir la emergencia sanitaria originada por la COVID-19 y del aumento esperado del PIB para 2021.

Como consecuencia, en el Plan la búsqueda de la eficiencia en el gasto público queda totalmente en un segundo plano. Sin embargo, esto no excluye que, en el contexto de las recomendaciones efectuadas por la UE al Gobierno de España dentro del semestre europeo, y dada la presión que ejercerán los altos niveles de déficit y deuda el año próximo, diesen algún paso concreto en la implementación de las recomendaciones de la Airef en materia de racionalización del gasto público.

 

TABLA 2. OBJETIVOS DE INGRESOS Y GASTOS PARA EL TOTAL DE LAS AA.PP. EN 2020 Y 2021.


Fuente: Plan Presupuestario 2021.

 

Por otro lado, la anunciada suspensión de las reglas fiscales, aunque según subraya el Plan Presupuestario 2021 no pondría en cuestión la vigencia de la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, no viene sin embargo acompañada del necesario plan de reequilibrio (artículo 22), que debería recoger la senda presupuestaria prevista para alcanzar el objetivo de estabilidad.

Sí enfatiza, al menos, que continúan siendo de aplicación las medidas preventivas, correctivas y coercitivas que se contemplan en la citada Ley, para todos los parámetros sobre los que se realiza el seguimiento, como es el caso del periodo medio de pago a proveedores. Dado el nivel de desequilibrio que alcanzarán las cuentas públicas durante 2020 y 2021, cabe subrayar la importancia de este mecanismo para seguir exigiendo en los próximos meses el pago de las facturas a los proveedores en tiempo y forma.

En todo caso, podemos concluir que el cumplimiento de los citados objetivos presupuestarios del Gobierno para 2020 y 2021 están sometidos a gran incertidumbre. Pese a los niveles récord que representan las previsiones oficiales actuales, todo apunta a que los déficits públicos para este y el próximo serán mayores que los señalados, en un contexto en el que, los ingresos difícilmente alcanzarán el incremento esperado en 2021 y no se insiste en la necesaria búsqueda de la eficiencia del gasto público.

El Gobierno viene diseñando un plan de recuperación económica y fiscal que descansa principalmente en la inyección de liquidez a partir de los fondos europeos esperados. Sin embargo, las necesidades de la economía española van más allá. Los agentes económicos necesitan, además, un marco estable en el que la restauración de la confianza permita recuperar el consumo y la inversión en el corto y medio plazo, así como volver a abordar con éxito los mercados exteriores. De avanzar en estas condiciones, la economía española será capaz de superar la crisis actual, como lo ha hecho en ocasiones anteriores. Para todo ello, se hace imprescindible, acometer las reformas estructurales que refuercen el tejido productivo y la capacidad de emprender, en aras de garantizar un crecimiento sostenible y la generación de empleo.

 

José María Romero Vera
Director del Área económica e internacional.

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