Impacto del nuevo orden del comercio global en la era Trump.

RankiaPro

23 de octubre de 2025

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La intensificación de los choques geopolíticos, unida a la visión de primacía del poder sobre las reglas que aplica Donald Trump bajo un modelo de “potencia extractiva”, confirma que el multilateralismo ha quedado relegado y que la incertidumbre regulatoria será elevada en el corto y medio plazo. Con ello aumentan de forma significativa los riesgos para la estabilidad económica y financiera global.

La prueba más clara es la reconfiguración del comercio internacional mediante los acuerdos bilaterales que el presidente de Estados Unidos ha impuesto unilateralmente a sus socios comerciales en las últimas semanas. La excepción más notable es China, que ha estrechado lazos con Rusia e India, como quedó reflejado en la última cumbre de los BRICS.

En todo caso, una mayoría de países sí ha aceptado las subidas arancelarias y demás exigencias de Trump. De particular relevancia, la Unión Europea se ha unido al grupo de economías cuyos productos serán gravados con un arancel del 15% a su entrada en Estados Unidos, sin imponer a cambio aranceles a los productos estadounidenses. Esto pone de relieve tanto la debilidad geopolítica de la UE en la escena internacional como sus fracturas internas. Difícilmente podía esperarse un mejor resultado, dada su elevada dependencia de Estados Unidos en los ámbitos militar, tecnológico y ahora también energético. Si bien, conviene también recordar que, según la teoría económica, los aranceles tienden a trasladarse a los consumidores del país que los aplica, en este caso EE. UU., en forma de precios más altos.

Dada la escasa institucionalización del acuerdo alcanzado, es previsible que las demandas de Trump a la UE no terminen aquí. La certidumbre ganada sería, por tanto, limitada. El coste del pacto arancelario solo tendría sentido si permite a Europa ganar tiempo para reforzar su independencia estratégica.

En esta dirección, la UE y sus Estados miembros deben avanzar con decisión en línea de las reformas estructurales y el fortalecimiento del mercado interior, como recomiendan los informes Draghi y Letta, así como en su apertura exterior, donde la ratificación del acuerdo con Mercosur y la modernización del acuerdo con México resultan piezas fundamentales.

Por su parte, las empresas están acelerando la diversificación de mercados, de clientes y de fuentes de financiación. Al mismo tiempo, afrontan las guerras comerciales con un enfoque estratégico para reducir el impacto en costes, reforzar su competitividad y las relaciones con los clientes. En paralelo, los inversores están adaptando sus carteras y estrategias a la nueva realidad más volátil en la que deberán desenvolverse y que les exige integrar capacidades de predicción, flexibilidad y resiliencia. El giro arancelario de Estados Unidos confirma que los flujos comerciales y financieros globales entran en una fase de mayor fragmentación, donde la capacidad de generar rentabilidad dependerá cada vez más de la gestión del riesgo y de la adaptación a un entorno incierto.

José María Romero, Director de Economía e Internacional, Equipo Económico (Ee).

Fuente: RankiaPro