Madrid, 23 de mayo de 2025. La Cátedra en Mercado Inmobiliario de la Universidad de Zaragoza ha organizado hoy junto con Ibercaja la tercera edición de la jornada “Perspectivas en Mercado Inmobiliario”, en la que distintos expertos han abordado la situación del mercado de la vivienda, el entorno macroeconómico, hipotecario y demográfico, así como los mercados inmobiliarios, logísticos, de la energía y los centros de datos. La inauguración ha corrido a cargo de Luis Fabra, director de Cátedra en Mercado Inmobiliario de la Universidad de Zaragoza, y Enrique Barbero, director de Comunicación, Marca y Relaciones Institucionales de Ibercaja Banco.
Ha contado con la participación como ponente del presidente ejecutivo de Equipo Económico, Ricardo Martínez Rico, quien ha comenzado su intervención analizando la incertidumbre y volatilidad que están generando en la economía internacional los cambios geopolíticos impulsados por la agresiva política comercial de Donald Trump, la creciente intervención de los estados, la transformación digital con la irrupción de la inteligencia artificial, el impacto del cambio climático, el envejecimiento de la población y su influencia sobre las previsiones de crecimiento en Europa y España.
Un difícil contexto en el que la economía española tendrá un mejor desempeño que los países de la eurozona. Así, ha destacado que las previsiones de Equipo Económico contemplan un crecimiento de la economía española del 2,6% en 2025, un dinamismo que vendrá impulsado por el aumento del consumo doméstico, tanto público (3,2%) como privado (2,8%) y, en menor medida por la inversión, especialmente por la reactivación del sector de la construcción, que experimentará una progresión del 3%.
Ricardo Martínez Rico ha destacado que la demanda de viviendas sigue aumentando con fuerza en España ante el buen comportamiento del mercado laboral, los flujos migratorios y turísticos positivos, en un contexto de bajada de tipos de interés que podrían estar situados al final del año en el entorno del 1,75%. Por su parte, y especialmente relevante, la oferta inmobiliaria se está reactivando, de forma que sigue aumentando el número de visados concedidos para la construcción de viviendas (el 8,2% interanual en los dos primeros meses de 2025). No obstante, su nivel continúa siendo bajo para compensar la elevada demanda. Este desajuste entre oferta y demanda ha derivado en un fuerte aumento de los precios en el sector (8,4% interanual en 2024), si bien en términos reales aún se sitúan por debajo de los registros de 2007.
Superar este desajuste entre la demanda y la oferta se convierte en uno de los retos fundamentales del sector. Martínez Rico ha insistido en que un correcto diagnóstico debe de partir del convencimiento de que es necesario ensanchar la oferta e incrementar la inversión. Para ello, el presidente de Equipo Económico ha incidido en que es necesario desde el ámbito público reducir la incertidumbre regulatoria y reforzar la seguridad jurídica. Igualmente ha resaltado que es precisa una mayor coordinación entre las Administraciones Públicas con competencias en la materia para mejorar y agilizar los procesos administrativos urbanísticos y la definición de un marco fiscal y laboral más favorable.
En su opinión y para afrontar todos estos nuevos retos, el sector privado debe profundizar en el impulso de tres grandes ejes en los que ya está haciendo hincapié. En primer lugar, en la cada vez mayor profesionalización para incrementar su competitividad y hacer frente a una demanda cada vez más exigente; en segundo lugar, en la industrialización y la estandarización de los procedimientos como los grandes aliados por sus ventajas para el sector en términos de costes, cumplimiento de plazos, calidad y sostenibilidad; y, en tercer lugar, completando la disponibilidad de fondos de un sistema financiero muy saneado con el acceso a financiación privada con un importante efecto multiplicador para el desarrollo de los nuevos proyectos.
También ha destacado que solo este avance en paralelo, conjuntamente desde el sector público y el privado, contribuirá a que el sector inmobiliario, lejos de la intensa crisis que afrontó a partir de 2008, continúe constituyendo en los próximos años una de las fortalezas de la economía española, fuente de generación de riqueza y bienestar para el conjunto de la sociedad española.
Ha concluido su intervención insistiendo en que la mayor preocupación se centra en las restricciones de la oferta y los costes empresariales ya que, en general y con una visión agregada, “las perspectivas para el sector inmobiliario son favorables gracias a una sólida demanda. Y es que, a pesar del contexto de incertidumbre y volatilidad internacional, la economía española destaca aún por la elevada confianza, el crecimiento económico previsto junto a la creación de empleo y el mantenimiento de los flujos migratorios y turísticos. Así como inciden positivamente unas buenas condiciones financieras, en términos de solidez de nuestro sistema financiero y, por tanto, de disponibilidad de crédito y bajos tipos de interés para la compra de vivienda.”